PROPOSITO

Es la base que sustenta un concepto que está resonando en Silicon Valley y que se conoce como human downgrading, "degradación humana" en español.

Fue acuñado por el científico informático Tristán Harris y su socio Randima (Randy) Fernando, cofundadores del Center for Humane Technology (CHT, Centro para la Tecnología Humana), una organización sin ánimo de lucro cuya misión es "revertir la degradación humana" y "realinear la tecnología con nuestra humanidad".

En el reciente documental de Netflix The Social Dilemma ("El dilema de las redes sociales") Harris y Fernando exponen esta cuestión, estrechamente ligada a la llamada "economía de la atención", o cómo las empresas monetizan nuestra atención a través de las redes sociales y otras tecnologías digitales.

Nosotros la describimos como algo cíclico: a medida que hemos ido mejorando y actualizando nuestras máquinas, hemos degradado a los seres humanos. Y debería haber sido al revés. Eso es algo que se repite constantemente.

Durante mucho tiempo, nos entusiasmamos mucho ante todas las mejoras tecnológicas, pero invertimos tanto esfuerzo y energía en el avance de la tecnología —que tanto nos ha beneficiado por décadas— que no prestamos suficiente atención a los cambios que se estaban produciendo en nuestro cerebro.

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